IDENTIDAD Y GÉNERO (Parte 3)

Identidad y Género

Retomando…

Podemos plantear:

El Edipo sigue siendo un concepto vigente, aunque creo que hay que repensar algunas de sus coordenadas.

Para que un sujeto devenga tal, es necesario ver el lugar que tuvo en esos Otros que lo alojaron. La estructura, dice Lacan, depende del lugar determinante de ese Otro. Y de eso se trata el Edipo. Quizás sería conveniente cambiar el nombre de lo que llamamos función materna y paterna, ya que ellas pueden ser ejercidas por sujetos que no se correspondan con la madre y el padre.

Función de alojar, contener, libidinizar y función de corte, ley, terceridad, sostén simbólico… pueden ser ejercidas por la misma persona o por varias de cualquier género.

El Edipo, lugar de alojamiento y la exogamia ambas cuestiones son necesarias en la existencia de un sujeto.

Tomemos, para continuar, algunas cuestiones interesantes expuestas por Patricia Gherovici acerca de su experiencia los trans.

Algunos puntos a remarcar:

a. Hay trans que vienen con muchas dudas respecto a cuestiones de género, y otros que tienen total certeza, en donde no es el género ni su elección el motivo de consulta.

b. Patricia G. piensa que se puede concebir al trans, muchas veces, ubicado dentro de lo que sería una estructura histérica, en donde la preponderancia está en la pregunta acerca de qué es ser una mujer, o si se es mujer u hombre.

c. Es muy claro que el reconocimiento del trans y sus derechos, así como el de otras variaciones en el género y la sexualidad, permitió a una gran cantidad de sujetos vivir más decentemente y con menos sufrimiento. El enorme porcentaje de intentos de suicidio, así como los relatos de rechazos y maltratos que padecen, el hecho de que casi no encuentran más trabajos que la prostitución, nos confronta con la urgencia de trabajar este tema.

d. Hay que observar cómo muchas veces la transformación del cuerpo y la elección de un nuevo género distinto al que se trajo significó “un renacimiento”, dejar de sufrir y empezar a vivir en paz. De hecho, muchos plantean que si no hubieran hecho la transformación se hubieran muerto (igual también el momento de la transformación es vivido, muchas veces como una situación muy traumática y angustiante…). Sin embargo, señalemos que el cambio de género en muchos sujetos opera al modo de un synthome que estabiliza o anuda.

e. El psicoanálisis tendía a ver como patológico el trans, sobre todo porque los primeros pacientes estudiados eran psicóticos. Ahora sabemos que en todas las estructuras podemos encontrar sujetos trans.

Agreguemos que una cuestión central para los psicoanalistas cuando somos convocados a pensar si el cambio de género es conveniente o no para un sujeto, es determinar de qué estructura se trata y qué función cumplirá su transformación. No será tarea fácil, hay que tener mucho cuidado por las consecuencias que podrían acarrear nuestras intervenciones respecto a estos casos. Sin embargo, nuestra función es sustancial ya que somos los que intentamos que la subjetividad del consultante se ponga sobre la mesa más allá de cualquier ideal o prejuicio, a diferencia de lo que sucede con muchas de las psicoterapias no psicoanalíticas.

Por otro lado también, entre otras cuestiones me pregunto: ¿Qué lugar tiene la sexuación – el género para todo sujeto neurótico? ¿Tiene una función estabilizante como puede tenerlo el cambio de sexo en algunos trans? ¿Cuánto pesa el género respecto al narcisismo? ¿Es el género un rasgo más como tantos otros?

Seguiré abriendo nuevas preguntas…

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