EL ANALISTA FRENTE A LA DUDA DIAGNÓSTICA

Estructuras Clínicas

No hay que retroceder ante la psicosis, pero nuestra intervención será diferente y hasta opuesta a la que tendríamos frente a un neurótico.

El neurótico se caracteriza por preguntarse, a diferencia del psicótico, donde hay certeza. Sin embargo, hay sujetos compensados, frente a los cuales no es tan fácil saber de qué estructura se trata. Las entrevistas preliminares, en esos casos, deben extenderse el tiempo que sea necesario previo a comenzar un análisis.

Daremos un ejemplo clínico:
Hace muchos años, tuve una paciente que transcurría sus sesiones relatando lo que “un espíritu hacía con ella”. Le “dictaba” todos los días un texto larguísimo que ella iba anotando en un cuaderno, la “asustaba”, la “agarraba por la espalda” y otras cuestionas más de ese orden.

Cuando vi la posibilidad de que un psiquiatra la atendiera, para que con medicación disminuyera su abrumadora angustia, comenzó la desconfianza hacia mí y esto último no permitió que ella continuara su tratamiento. Decía que el doctor, a quien yo la mandé, pensaba que ella estaba loca y por eso concluía que yo pensaba lo mismo.

El cuestionamiento de su verdad la llevó a no creer más en mí y en el lugar que yo le daba. No creerle y cuestionar su certeza era expulsarla del tratamiento.

Sin embargo, cuando está claro que estamos frente a un neurótico, las defensas suelen ser tan firmes y enquistadas, que debemos lograr conmoverlas para que se produzca algún efecto analítico. El neurótico debe trastabillar en los sentidos encasillados y conocidos, para que -a través de la interpretación- se pueda encontrar una nueva verdad y, de alguna manera, lograr reescribir su historia.

Cuando hay dudas diagnósticas o estamos frente a una estructura psicótica, no debemos nunca cuestionar lo que trae. El lugar del analista, en algún sentido, sería opuesto.

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